domingo, 8 de mayo de 2016

Proyecto institucional "Mi escuela, mi lugar"

Repensar el patio como espacio educativo

Corren tiempos de cambio en todo a lo que educación se refiere. También los patios de muchas escuelas están repensándose y ganando protagonismo.
Estamos acostumbrados a una escuela en la que hay un espacio interior y cerrado en la que transcurren las clases, con los niños sentados y acumulando energía… y un espacio exterior que sirve para que toda esa energía acumulada explote y salga hacia afuera.
Pero.....¿Dónde empieza y termina cada cosa? Porque la realidad es que cuando los niños juegan, incluso cuando parece que no sucede nada, también están aprendiendo. Es importante concebir el espacio exterior de la escuela como un lugar en que ese “continuo aprender de la vida” pueda enriquecerse.
¿Cómo?
LLevar el aula al espacio exterior.
Transformar el juego y las relaciones que se crean durante el recreo. Favoreciendo la presencia de elementos que inviten al juego en equipo, a la imaginación....
Es importante concebir el patio de una escuela como un ambiente más de la misma, al aire libre, en el que la naturaleza y sus elementos estén presentes y en el que, a la vez, las posibilidades de juego sean ricas y variadas. 
Algunos de los beneficios:
Cognitivos: acercar la naturaleza a la escuela mejora el desarrollo cognitivo de los niños, ya que amplía su capacidad de observación, análisis y razonamiento. Además, las experiencias manipulativas que puede obtener un niño en un espacio al exterior bien preparado, con variedad de texturas, estimulan su desarrollo intelectual y sus sentidos.
Emocionales: en un espacio al aire libre en el que se procura la presencia de elementos naturales y se instauran estructuras para su manipulación (casitas de juego, cocinitas de exterior, huertos, etc.) los niños aprenden a comunicarse, negociar, compartir, cooperar, coordinarse, etc. A diferencia de aquellos patios que prácticamente sólo permiten juegos competitivos.
Físicos: todos sabemos que la actividad física es muy beneficiosa para los niños (y adultos claro). Es bueno para su cuerpo, les ayuda a relajarse, a estar más sanos e incluso favorece el aprendizaje intelectual (se aprende mejor tras un poco de actividad física). Sin embargo, en muchas escuelas casi toda la actividad física posible se reduce a jugar a deportes competitivos y no a todos los niños les gustan. Favorecer otro tipo de espacios y estructuras para que la actividad física tenga lugar es una idea fantástica para que todos los niños puedan beneficiarse de los efectos positivos de mover el cuerpo.
En definitiva, un patio bien pensado estimula el juego, la interacción, fomenta la curiosidad, beneficia la autoestima y la salud física.
En tal sentido.....comenzamos el trabajo.......

Muchas gracias a las familias de nivel inicial (4 y 5 años), que asistieron a la jornada de pintura de cubiertas de neumáticos para la fabricación de juegos y embellecimiento de nuestro patio.

Ya se comienzan a ver los primeros juegos, los niños felices y agradecidos.


Gracias a todas las familias que están aportando su granito de arena.



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